Pueblos originarios: entre el reconocimiento cultural y el reconocimiento político

Que la nueva Constitución tenga que reconocer a los pueblos indígenas parece ser un asunto fuera de cuestión. Al menos socialmente —y me atrevería a señalar que políticamente también— todas las personas y fuerzas políticas concurren en la idea que el Estado debe reconocerles.

La importancia de los mayores en las culturas originarias y la vulneración acrecentada por la política monocultural de los estados

Hay un relato antiguo en la cultura mapuche que dice que la tierra fue creada por Kajfuwenu kuse, ‘la anciana sagrada del cielo, quien envió a su hija, Kajfuwenu vlca, ‘joven sagrada del cielo’, para dar vida en el nagmapu (la tierra que habitamos). Una vez que la niña ya había establecido su familia en la tierra junto a Kajfuwenu wece (Joven sagrado del cielo), la anciana les pidió: no olvidar su origen sagrado, respetarse entre ellos, hacer ceremonia a la tierra y hablar la lengua. Los mapuche hasta hoy, muy obedientes algunos, viven para cumplir este mandato. La familia primigenia mapuche la conforman cuatro seres de la tierra, del cielo (wenumapu), dos ancianos y dos jóvenes (femenino y masculino a la vez).

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